Pescar en Intensivos
Texto: Juan de Dios Bonilla.
Fotos: Archivo y Autor.
Es grande la controversia que existe entre; cotos de pesca insensivos, sí, cotos intensivos, no, Trucha Arco iris, sí, Trucha Arco Iris, no. De hecho incluso la existencia de la Trucha Arco iris en este país, ha estado en peligro por culpa del infame, ignominioso y estulto, famoso decreto 1628/2011 sobre especies exóticas invasoras. En realidad considero la necesidad de una ley sobre estos menesteres, justa y necesaria, el anterior Decreto pretendía cubrir una necesidad social y real, en esencia, pero no en su planteamiento, al incluir especies en el catálogo para su eliminación, que aplicando el sentido común no deberían estar incluidas en él y por el contrario, omitir otras. En cualquier caso fue derogado y sustituido por otro más acorde con la realidad y las necesidades pragmáticas del medio natural ¡Por ahora!
No voy en ningún caso, pues, a cuestionar la ineludible necesidad de esa ley y un reglamento que regule y erradique la lacra medioambiental y económica, que suponen las especies exóticas invasoras, pero de ahí a pretender extinguir especies piscícolas naturalizadas y perfectamente adaptadas a nuestro ecosistema, que en la mayoría de los casos, vienen a ocupar un nicho ecológico vacío o abandonado por las especies autóctonas, como es el caso de intentar extinguir; la Trucha Arco Iris, el Hucho o Salmón del Danubio, el Black Bass o la Carpa, que llevan muchas décadas entre nosotros y en algunos casos más de un siglo, no deja de parecerme una barbaridad y una salvajada, que atenta contra la realidad de la biodiversidad, existente en nuestro país, haciendo cierta la máxima esa de "Es peor el remedio, que la enfermedad". Pero eso ya es otra cuestión.
La controversia suscitada Por la Trucha Arco Iris, principal especie piscícola objeto de la práctica la pesca deportiva en un intensivo, viene originada por ecologistas y puristas de la pesca de la Trucha, que reclaman la competencia que esta ejerce, sobre nuestra escasa y apreciada trucha fario o común. Sin tener en cuenta que el establecimiento de un coto intensivo se lleva a cabo, tras múltiples estudios técnicos, en tramos de ríos carentes de trucha común y cuyas características, biológicas y fisicoquímicas, impiden la implantación y recuperación de la común, al menos en ese tramo de río.
Es mucho el dinero en volumen de negocio, directo e indirecto, puestos de trabajo y pescadores, el que los cotos intensivos mueven y generan al año, pero no es esta la única razón, junto con la anteriormente expuesta, la que justifica su existencia. Es grande la labor social y deportiva que estos llevan a cabo, al acercar la pesca de la trucha a un gran porcentaje de pescadores, que no tienen acceso a la pesca de la común, además de aliviar en gran medida, la presión de pesca sobre la Trucha fario, hecho que sin duda, los puristas de la pesca de la trucha agradecerán, o al menos deberían saber agradecer, antes que criticar y desdeñar la pesca de Arco Iris en intensivos.
Una de las razones que esgrimen, es que en un coto intensivo, no se aprende a pescar truchas, pudiera ser cierto, pero mi modesta opinión, es que a un coto intensivo no se va a aprender a pescar, a un coto intensivo se va a disfrutar y divertirse pescando, máxime cuando la inmensa mayoría de los cebos y señuelos que se utilizan con la Trucha Aro Iris, no sirven con la común y viceversa. Por decir más, generalmente la pesca de la común se practica sin muerte, tanto por razones éticas, como por razones legislativas al estar prohibida la pesca con muerte, en la mayoría de cotos de Trucha común y en la mayoría de comunidades autónomas.
En un coto intensivo de Trucha Arco Iris, es perfectamente lícito y recomendable, practicar una pesca con cupo y tener el inmenso placer de cocinarlas y consumirlas en casa, con la satisfacción de poder decir; "Estas las he pescado yo" Puesto que se crían en piscifactorías y son la misma especie, que podemos encontrar en los distintos mercados de alimentación. Los intensivos se repueblan periódicamente con truchas criadas en cautividad en las piscifactorías, con ejemplares hembra y esterilizados químicamente a través del alimento que reciben en la piscifactoría, para impedir su reproducción en el medio natural y todo ello conforme marca la ley, por tanto tampoco es bueno permitir un exceso poblacional y es recomendable practicar esa pesca con cupo.
Otra cuestión es exigir la calidad de truchas con las que se repuebla el intensivo, pues por desventura, esta puede ser muy variable. Tal y como hemos mencionado antes, la especie de trucha arco iris que podemos pescar en un intensivo, es la misma que podemos encontrar en los mercados para consumo humano, sin embargo, cuando se destinan exclusivamente a consumo humano su cría suele ser muy industrializada, empezando por un hacinamiento atroz en la balsas de engorde, que favorece una degradación de las aletas, principalmente la caudal, amén de otros problemas fisiológicos y de la piel.
Cuando su cría es específica para la repoblación de cotos, se suele hacer en condiciones mucho más esmeradas con la salud y morfología de los especímenes, controlando sobre todo la densidad de individuos en las balsas de cría y vigilando y potenciando su fortaleza física, para su acomodación posterior a un medio natural, lo que las hace mucho más deportivas a la hora de pescar. Lógicamente el precio de unas y de otras, sufre variación en función de los costes de producción, de un lote u otro. Desgraciadamente y generalmente por cuestiones económicas, algunas veces se repueblan cotos con truchas destinadas a su venta en los mercados y no pensadas específicamente para la repoblación, lo que propicia no en pocos casos, dar argumentos en contra a sus detractores e infortunadamente, con razón, pero eso amigos míos, es ya también otra historia.
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